Un niño pequeño intentaba, con mucha dificultad y sin éxito, levantar una pesada piedra.
Su padre, observando el fracaso de su hijo, le preguntó:
- ¿Estás usando toda tu fuerza?
- Sí, respondió el niño con impaciencia.
- No, no lo estás haciendo, contestó el padre.
Yo estoy aquí esperando y aún no me has pedido que te ayude.